BUENAS TARDES
OCTAVO
NOVENO
DÉCIMO
La mentalidad del Barroco La
actitud serena y vitalista propia del Renacimiento deja paso en el Barroco a un
profundo sentimiento de inestabilidad que lleva al hombre al pesimismo y al
desengaño. Este progresivo cambio de la mentalidad tiene como consecuencia una
evolución de los gustos estéticos. La artificiosidad y el desequilibrio
presentes en el arte de esta época se derivan de esta angustiosa y escéptica
visión del mundo. El alejamiento de los modelos clásicos, que habían
representado en el Renacimiento la armonía y el orden, es una manifestación más
de la incomprensión de la existencia. Las obras tienden a la mezcla de elementos
diversos, a la ruptura de las normas establecidas y a la búsqueda de nuevos
cauces de expresión; el dinamismo y la complejidad de las formas, la
exageración expresiva, la grandiosidad y la acumulación son rasgos principales
del Barroco y el reflejo de un mundo que se percibe confuso e híbrido. La
crisis política, social y económica que caracterizó al siglo XVII provocó un
cambio profundo en la mentalidad de las personas de la época: La actitud
vitalista y la confianza en el ser humano, propias del Renacimiento, dejaron
paro a un sentimiento de profunda desconfianza en la naturaleza humana. Durante
en Barroco se impuso una visión escéptica de y pesimista de la sociedad. El
hombre del barroco mostró una actitud de desengaño ante la vida y el mundo. La
vida es un breve tránsito hacia la muerte. El mundo se percibió como un lugar
caótico y cambiante en el que la realidad era solo falsa apariencia. El
pesimismo del Barroco dio lugar a diferentes reacciones, que se manifestaron en
la literatura de la época: angustia personal, crítica y sátira de la realidad,
evasión mediante el entretenimiento, incluso conformismo y adaptación a las
circunstancias. Este ambiente pesimista favoreció la búsqueda de respuestas en
el ámbito de la religión. Y en la literatura fue frecuente que se trataran
ciertos temas teológicos, como la predestinación o la salvación.
En contraste con el ambiente de
decadencia general de la época, el siglo XVII fue un siglo de esplendor tanto
en la literatura como en las demás artes. Este siglo forma, junto al anterior,
los siglos de oro de la literatura española. Dentro de la literatura barroca
hubo dos tendencias: el conceptismo y el culteranismo. El conceptismo se
caracterizó por la elaboración de un complejo discurso literario basado en el
ingenio, la ironía y el doble sentido. El autor más destacado fue francisco de
Quevedo. El culteranismo, representado por Luis de Góngora, buscaba la belleza
formal mediante el uso de cultismos y la creación de un lenguaje artificioso,
lleno de hipérbatos. Características de la literatura del Barroco. En general,
la literatura del Barroco presentó los siguientes rasgos: Rompimiento con las
normas renacentistas de armonía y naturalidad y, creación de una literatura
artificiosa y difícil, que lleva al límite sus posibilidades expresivas con el
fin de impresionar al lector. Empleo excesivo de figuras literarias como la
metáfora, el hipérbaton, etc. En la lírica los recursos son tantos, que a veces
e tema central desaparece. Énfasis en los contrastes y los desequilibrios:
presenta a la vez lo pequeño y lo grandioso, lo sublime y lo grotesco, lo feo y
lo bello. Planteamiento de temas que reflejan el desencanto: la crítica y la
caricatura de la realidad, la fugacidad del tiempo, la muerte, la vida como
sueño y el desengaño desplazan el optimismo característico del Renacimiento
Temas de la literatura del Barroco
Los temas del barroco las siguientes inquietudes de la época: El
distanciamiento de las normas clásicas del Renacimiento. La búsqueda constante
de la originalidad. El contraste domina las obras artísticas propias de este
movimiento. La percepción del mundo como lugar inestable y cambiante.
DESARROLLA
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